El Parque Noroeste volvió al centro de la escena pública tras el anuncio del intendente Federico Susbielles sobre un plan integral de obras que incluye la demolición parcial y remodelación del histórico Galpón de Montaje, uno de los últimos símbolos ferroviarios del barrio.
Susbielles presentó lo que le cambiará la vida al Noroeste
La decisión generó un fuerte debate entre el municipio y los vecinos que desde hace años defienden la preservación del patrimonio ferroviario como elemento de identidad y memoria colectiva.
El plan de Susbielles: modernización con “demolición controlada”
El municipio anunció:
Demolición controlada para reducir la altura del galpón.
Conservación parcial de su fisonomía histórica.
Reconstrucción de sectores en mal estado.
Conversión del espacio en un punto cultural y recreativo.
Mejoras integrales en el parque: iluminación completa, juegos, forestación y recuperación de áreas verdes.
Además, se evalúan obras complementarias como: Un jardín de infantes en terrenos de Noroeste. Nuevos recorridos y equipamiento dentro del parque.
Para la gestión, la obra es necesaria para garantizar seguridad, evitar riesgos estructurales y transformar un edificio abandonado en un espacio activo para la comunidad.
El reclamo de los vecinos: “No es solo un galpón, es nuestra historia”
Del otro lado, organizaciones vecinales, referentes históricos y usuarios del parque plantean otra mirada.
Argumentan que: El galpón es uno de los últimos vestigios ferroviarios del barrio. Su demolición parcial afectaría la identidad del lugar. La estructura, según ellos, aún es recuperable. Tiene potencial para convertirse en museo, centro cultural o espacio temático ferroviario.
Para muchos vecinos, la discusión no es técnica, sino simbólica: el Parque Noroeste nació alrededor de la actividad ferroviaria, y cada elemento desde el galpón hasta el mástil histórico recientemente restaurado forma parte de la memoria del barrio.La polémica surge en un punto clave:
¿Cómo intervenir un galpón deteriorado sin perder su valor histórico?
El municipio sostiene que algunas paredes y techos presentan riesgo. Los vecinos aseguran que las estructuras fuertes siguen en pie y que una restauración es viable. La discusión se volvió política, emocional y también técnica: lo que está en juego no es solo una obra pública, sino el relato del barrio.
El diseño final debe construirse de forma abierta, con mesas de trabajo, planos accesibles y consultas públicas.
La polémica del galpón ferroviario no es un simple conflicto de obras.
Es una discusión sobre qué ciudad quiere ser Bahía Blanca y cómo se construye memoria, modernización y pertenencia.
El proyecto de Susbielles puede convertirse en un motor de identidad y revitalización, o en un punto de tensión permanente.
Lo que está claro es que el Parque Noroeste y su gente merecen una intervención que respete su historia y proyecte su futuro.


