La Academia Nacional de Medicina difundió un comunicado oficial en el que fijó una postura institucional sobre los tratamientos destinados a modificar características sexuales en niños y adolescentes.
La declaración surge a partir de consultas judiciales vinculadas a intervenciones como castración farmacológica o quirúrgica y procedimientos de reasignación de género aplicados a menores de edad.

En el texto, la entidad médica sostuvo que no avala ninguna práctica hormonal o quirúrgica en personas menores de 18 años.
Fundamentándose en “principios de respeto a la vida y a la naturaleza humana” que orientaron históricamente su labor.
Además, advirtió que estos procedimientos, incluyendo bloqueadores de la pubertad y terapias hormonales de masculinización o feminización, pueden provocar consecuencias físicas y psicológicas graves, en muchos casos irreversibles.
¿Cuáles serán las modificaciones de la ley?
Según el comunicado, una elevada proporción de adolescentes que transitan estas intervenciones luego presentan cuadros depresivos, por lo que consideraron imprescindible subrayar su rechazo.
La declaración aparece en medio de la modificación del artículo 11 de la Ley 26.743 de Identidad de Género, impulsada por el Gobierno nacional.
La reforma elevó de 16 a 18 años la edad mínima para acceder a tratamientos de hormonización con acompañamiento profesional.
Sin embargo, la comunicación oficial del Presidente sostuvo erróneamente que la medida implicaba la prohibición total de tratamientos y cirugías para menores.
Aquellos mensajes también afirmaban, sin aval científico, que los menores “no poseen madurez cognitiva” para decidir y que las intervenciones serían “mutilaciones irreversibles”.
En ese clima, el Gobierno amplificó además información falsa respecto de la existencia de 240 centros de hormonización en la provincia de Buenos Aires.
El ministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, desmintió la versión y aclaró que en territorio provincial solo funcionan consultorios inclusivos.
Están orientados a garantizar atención adecuada a poblaciones históricamente relegadas, sin realizar cirugías ni hormonizaciones sistemáticas en menores.

“La identidad de género en nuestro país es una Ley. No es una opción del presidente cumplirla o no. Mentir y confundir es solo muestra de ignorancia, maldad y homofobia”, afirmó Kreplak.
La declaración de la Academia Nacional de Medicina se alinea con el cambio impulsado por el Poder Ejecutivo, que restringe el acceso a tratamientos de transición hasta la mayoría de edad.
La entidad señaló que las intervenciones no cuentan con verdades científicas comprobadas y citó el ejemplo de Finlandia, Suecia, Noruega, Inglaterra y los Países Bajos.
También algunos estados de EE.UU., donde se revisaron o suspendieron prácticas de afirmación de género ante efectos no deseados en adolescentes.
La Academia sostuvo que los casos de niñas, niños y adolescentes que atraviesan situaciones de disforia deben abordarse mediante contención familiar, acompañamiento afectivo y asistencia en salud mental, sin alterar el desarrollo físico del menor.


