La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) informó que las ventas minoristas de las PyMEs se desplomaron en noviembre un 9,1% respecto a octubre y un 4,1% interanual, consolidando una tendencia negativa que ya lleva seis meses consecutivos.
Según CAME, el retroceso responde a:
- Agotamiento del financiamiento disponible para consumidores.
- Restricción presupuestaria de los hogares, golpeados por la inflación.
- Dificultades para sostener márgenes de rentabilidad en un contexto de costos crecientes.
A pesar del deterioro, el acumulado anual todavía muestra un incremento del 3,4% frente a 2024, gracias al repunte registrado en el primer semestre.
El informe desagrega el desempeño por rubros:
Alimentos y bebidas: -5,9% interanual.
Bazar, decoración y muebles: -9,7% interanual.
Calzado y marroquinería: -1,7% interanual.
Farmacia: +1,8% interanual (único sector en alza).
Perfumería: -17% interanual.
Ferretería y materiales de construcción: -3,2% interanual.
Textil e indumentaria: -4,3% interanual.
El clima de inversión sigue siendo desfavorable: 60,1% de los comerciantes lo considera negativo. Sin embargo, casi la mitad (48,6%) mantiene una perspectiva optimista y proyecta una mejora para 2026, apostando a un “reordenamiento” de las variables económicas que reactive la demanda interna.
En contraste, solo el 7,7% anticipa un escenario negativo y un 43,7% cree que la situación se mantendrá estable.
La caída de ventas minoristas refleja el impacto directo de la pérdida de poder adquisitivo y la falta de crédito en los hogares argentinos. Aunque el sector acumula un saldo positivo en el año, la tendencia descendente preocupa y obliga a repensar estrategias de financiamiento y estímulo al consumo.


