La profesora Doris Rivadeneira Bueno, docente de la carrera de Óptica y Contactología del Departamento de Física la UNS, fue premiada como “Mejor Educadora de las Américas en 2025”.
Actualmente integra los equipos de las asignaturas Contactología l y lI, y la Práctica Social.
Su faceta docente se proyecta además hacia acciones solidarias con un alto impacto social encabezando un proyecto de extensión.
“Ayudemos a ver mejor” recolecta y acondiciona anteojos para distribuirlos entre quienes no pueden acceder a ellos.

La Asociación Internacional de Educadores en Lentes de Contacto le entregó el reconocimiento durante el Congreso que la Academia Americana de Optometría celebró en Boston.
“Desde que en mayo supe que había ganado el premio, no lo podía creer” dijo Bueno.
Durante la estadía en Boston comentó: “tuve la oportunidad de compartir esta premiación con la doctora Raquel Gil-Cazorla, ganadora por Europa, y el profesor Philip Morgan, presidente de IACLE y reconocido investigador a nivel mundial, con quienes intercambié experiencias valiosas”.
La historia de Doris
Nacida en Colombia en 1983, Rivadeneira Bueno llegó a la Argentina en 2008, para acompañar a su esposo en Puerto Belgrano.
Durante cinco años siguió trámites que le reportaron un reconocimiento parcial del título de Optometría obtenido en su tierra natal: sólo le fue revalidada su profesión de contactóloga.
El obstáculo burocrático no la disuadió del objetivo.
“Decidí aprender la profesión de óptico para poder ejercer aquí, haciendo cursos y capacitaciones mientras trabajaba en ópticas para conocer el ámbito desde cero” relata hoy.

Su profesor en esa materia en la Universidad de La Salle resultó una palabra determinante en la decisión de aceptar el desafío.
Le aconsejó integrarse a la IACLE, para acceder a recursos educativos y actualizaciones en la disciplina.
“Fue un gran reto, porque las herramientas con las que contábamos eran muy limitadas: un aula, mi carpeta con apuntes, algunos instrumentos que traje de Colombia y un gran compromiso” señaló.
La experiencia docente marcó tanto sus días que decidió dejar el trabajo en ópticas.
En la docencia, explica, encuentra “la mayor satisfacción personal”.

Para su vida, define sin dudas, la UNS es “un lugar de crecimiento y formación que valoro profundamente”.
Con siete años de pertenencia a la comunidad de la UNS, imagina su futuro como un camino de formación permanente.
Planea “continuar participando en encuentros académicos relacionados con la salud visual para seguir brindando una educación de calidad.


