La recesión económica se hizo notar, como era de esperar, en las cifras de las vacaciones de invierno: viajaron 4,9 millones de personas por el país, 11,9% menos que el año pasado, y gastaron $1,2 billones en las ciudades que integran el circuito turístico nacional. El impacto económico fue 22,2% menos que en 2023 a precios constantes.
La estadía media bajó de 4,5 días en 2023 a 4,1 este año y el gasto diario en promedio fue de $59.890, que a precios reales (es decir, descontando la inflación) resultó 3% inferior a la temporada pasada.
Lo que se redujo en estas vacaciones fueron los encuentros culturales, especialmente musicales, que fueron más discretos, incluso en las fiestas populares se pudo observar menor presencia de bandas con convocatorias masivas. En cambio, sí hubo abundantes competencias deportivas.
El desdoblamiento de las vacaciones escolares permitió una distribución más equitativa del flujo de turistas y evitó la sobrecarga de las rutas nacionales.
Fue un invierno frío, con las zonas de playas menos concurridas que otros años, y un visitante que se inclinó a opciones termales, montañas, nieve y campo. Además, tampoco hubo incentivos como otros años con el programa Previaje.
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