Un grupo de paleontólogos argentinos dieron a conocer los restos fósiles hallados en Santa Cruz.
El esqueleto del cocodrilo permite conocer el ecosistema que prosperaba en el sur de la Patagonia antes del fin de la “Era de los Dinosaurios”

Sobre la especie extinta
El equipo de especialistas del CONICET descubrió gran parte del esqueleto, con cráneo y mandíbulas.
La reconstrucción y análisis de las partes determinó que se trataba de un gran cocodrilo que habitó el sur argentino hace 70 millones de años, en rocas de la Formación Chorrillo.
Ell lugar del descubrimiento e encuentra a unos 30 km al sur de El Calafate, Santa Cruz.
Los investigadores bautizaron al nuevo animal con el nombre de Kostensuchus atrox, que significa “cocodrilo feroz que refiere al viento del sur”.
Aparentemente los hábitos del animal eran depredadores y pertenece a una familia extinguida de cocodrilos (los peirosaurios).
A diferencia de los cocodrilos vivientes, la cabeza del Kostensuchus era proporcionalmente alta, con los ojos orientados hacia fuera y las fosas nasales proyectadas hacia adelante, indicando que no tenía los hábitos acuáticos de sus parientes vivientes.

Valor científico e histórico
“Esta nueva especie se distingue de todas las especies conocidas previamente por características como el gran tamaño de sus dientes y cráneo, la robustez de su mandíbula y el gran tamaño de las cavidades donde se alojaban los músculos responsables de la mordida. Estas características son las que nos hacen interpretarlo como un predador tope del ecosistema”, comentó Diego Pol, Investigador del CONICET.
Las características de las rocas y de otros restos paleontológicos hallados cerca indican que Kostensuchus merodeaba ambientes húmedos y con vegetación exuberante.
“Desde el primer momento pudimos apreciar el vasto potencial fosilífero que tiene esta zona de nuestro país. Las rocas que contienen los fósiles se llama Formación Chorrillo, y su antigüedad ronda los 70 millones de años” comentó el paleontólogo Fernando Novas.

Además se logró colectar una gran cantidad de material, que incluye:
- Huesos de dinosaurios gigantes, tanto herbívoros como carnívoros.
- Fósiles de otros animales como insectos, ranas, peces, tortugas, serpientes.
- Dientes de pequeños mamíferos.
- Caracoles terrestres y acuáticos.
- Restos de plantas.
“Nos dio un marco general de cómo era el ambiente, de cómo eran los distintos componentes de un antiguo ecosistema que existía en el sur argentino inmediatamente antes de la extinción de los dinosaurios”, destacó Federico Agnolín, coautor del trabajo.


