Vecinos de Nordelta denunciaron el presunto envenenamiento de crías de carpincho

Agrupaciones que protegen a la fauna advierten que, tras el levantamiento de medidas judiciales, se retomaron desmontes y se registran nuevas desapariciones de crías.

Reclaman que la Cámara restituya la protección ambiental.

Organizaciones que defienden a los carpinchos y a la fauna silvestre de Nordelta manifestaron su preocupación tras el levantamiento de las medidas cautelares que frenaban obras, intervenciones y fumigaciones en la zona.

Según denunciaron, luego de la resolución de la jueza María Paula Venere, volvieron a circular topadoras y se intensificaron los impactos sobre los humedales y los espacios naturales donde habitan los animales.

En los últimos días, vecinos encontraron crías de carpinchos que podrían haber sido envenenadas.

Desde el grupo La Voz de los Carpinchos, señalaron que, con las cautelares revocadas, se reanudaron trabajos que afectan “reductos con vegetación alimenticia y de refugio”.

A su vez, advirtieron sobre nuevas desapariciones de crías sin que exista información oficial sobre lo ocurrido.

“Seguimos viendo cada vez menos manadas y menos bebés”, expresaron en un comunicado.

La organización sostuvo que el levantamiento de las medidas “dejó a los carpinchos y a toda la fauna de Nordelta en peligro”, ya que las obras se retomaron a toda velocidad.

“Los violentos tomaron impulso sintiendo que esto los habilita para el maltrato”, remarcaron, al tiempo que reclamaron que la Cámara intervenga y restituya las cautelares.

“No son ni más ni menos que cuidar la vida de los carpinchitos que están naciendo en esta época”.

Silvia Soto, vocera de La Voz de los Carpinchos, afirmó que si las medidas judiciales siguieran vigentes “no se permitirían estas máquinas que siguen desmontando áreas de refugio y zonas de paritorio”.

¿Qué cambió judicialmente?

La jueza María Paula Venere, titular del Juzgado Contencioso Administrativo N°1 de San Isidro, revocó tres medidas dictadas por el juez Guillermo Ottaviano:

  • La suspensión de obras o actividades que alteraran los humedales
  • La prohibición de métodos de control poblacional como la castración química
  • La prohibición de fumigaciones que pudieran afectar el ambiente del Delta del Paraná

Además, Venere unificó la causa impulsada por la asociación civil Callejero Casa Quiere, que pide proteger a los carpinchos y su hábitat, con otro expediente presentado por once vecinos de Nordelta, quienes denuncian una “superpoblación” y solicitan medidas como relocalización o vasectomías.





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