Caputo viajará a Washington el próximo 17 de abril para asistir a la Asamblea de Primavera del FMI, en un momento crítico del programa económico cuando deberá empezar a pagar deuda con importadores por más de 3.000 millones de dólares y el campo se niega a liquidar la cosecha gruesa sino devalúa previamente.
El ministro de Economía llegó al cargo con la promesa de conseguir el financiamiento necesario para la salida gradual de las restricciones cambiarias. Hasta ahora viene fracasando en toda la línea y su última apuesta es conseguir que en este encuentro lo reciba la titular del FMI, Kristalina Georgieva, y le libere los USD 15.000 millones que dice el presidente Milei que necesita para terminar con el cepo y empezar así a normalizar una macroeconomía que está aún más cerrar que en la gestión de Sergio Massa.
Pero desde el FMI miran con esceptisismo la hoja de ruta que exhibe el gobierno. Sin ir más lejos, Rodrigo Valdés, director del FMI a cargo del caso argentino, afirmó que «aún es prematuro discutir las modalidades precisas del programa» con Argentina y advirtió que «es necesario mejorar la calidad del ajuste fiscal, no la cantidad».
La reticencia del Fondo a jugarse por el programa económico de Caputo trasluce la discusión de fondo: devaluar -como pretende el organismo- o ensayar algún tipo de dolarización de la economía o neoconvertibilidad. «Por un montón de razones el Fondo nunca le va a dar a Milei 15 mil millones de dólares para que dolarice», afirmó a LPO un economista con varias negociaciones con el FMI en la espalda.
El organismo acaba de concederle una ayuda excepcional a Egipto por USD 5.000 millones a cambio de devaluar, levantar el cepo y subir las tasas de interés. Esto dista mucho de la hoja de ruta de Caputo y Milei. De hecho, por estas horas, en el mercado corre el rumor sobre una nueva baja de interés tras la reunión del directorio del BCRA que se realiza rigurosamente todos los jueves. Es por eso que algunos bancos bajaron este miércoles la tasa que se reconoce por los depósitos a plazo fijo.
Es por esto que en la City porteña crecen las apuestas en favor de una devaluación. «El gobierno se enamoró del ancla cambiaria. Hoy el nivel del dólar esta a niveles predevaluación, casi al mismo nivel que durante la gestión de Massa. Por eso el FMI dice que no se puede seguir atrasando el tipo de cambio y la devaluación va a tener que acompañar la tasa de inflación», afirmó a LPO Alejandro Vanoli, ex titular del BCRA.
«Tenes el ancla salarial, el ancla cambiaria y la política fiscal, pero no alcanza. Sigue faltando un programa integral que no se reduzca a sanear los pasivos del Banco Central para ir a una neoconvertibilidad o dolarización futura», agregó Vanoli que destacó que «este camino no le agrada al Fondo que públicamente se pronuncia a favor de un sistema cambiario de flotación administrada por el Banco Central». La idea de un Banco Central que intervenga el precio del dólar es aborrecida por Milei que preferiría eliminarlo. Entre esos andariveles, flota Caputo.
Lo que pasa es que el tiempo apremia y en el cuarto mes del año, el frente externo se puso más complicado. El próximo martes cae el primer vencimiento del mes por USD 1300 millones ante el Fondo Monetario Internacional. En total Argentina deberá pagar al organismo USD 2800 milones solo durante Abril.
Tenes el ancla salarial, el ancla cambiaria y la política fiscal, pero no alcanza. Sigue faltando un programa integral que no se reduzca a sanear los pasivos del Banco Central para ir a una neoconvertibilidad o dolarización futura.
A esta friolera se suma el pago de importaciones diferidas. Hasta ahora se pagó solo el 25% en enero, el 50% en febrero, 75% en marzo y el 100% cae en abril. Eso significa, según el cronograma que difundió el gobierno, a partir del 13 de abril se habilitará por primera vez el pago de todas las importaciones, cifra que se estima en unos USD 3.000 millones.
Encima, si algo mas le faltaba a la presión de abril, Argentina se comprometió ante el FMI a tener aprontado, previo a la octava revisión del acuerdo prevista para fin de mes, un esquema monetario anclado con objetivos de mediano plazo claros y bien comunicados, consistentes con la estabilidad de precios. «Caputo no está capacitado para armar un plan monetario, alguien se lo va a tener que armar», explicó a LPO un economista que conoce al ministro.
Caputo queda asi muy presionado para conseguir financiamiento y al mismo tiempo evitar una nueva devaluación, que por su impacto inflacionario abre un gran interrogante sobre la tolerencia social y su propia continuidad en el Palacio de Hacienda
Fuente: La Politica Online.