El oficialismo y sus aliados en la Cámara de Diputados dieron media sanción al proyecto que declara a la educación como «Servicio Estratégico Esencial» y que tiene el objetivo de cercenar el derecho a huelga, y avanzar en la persecución contra los gremios.
Los que levantaron la mano por la positiva fueron los diputados de La Libertad Avanza, el PRO, la UCR y bloques aliados del oficialismo como el MID, CREO, Independencia, Producción y Trabajo, y Buenos Aires Libre. Hubo 131 votos afirmativos, 95 negativos y dos abstenciones.
Un proyecto antisindical
Los argumentos de quienes defendieron la iniciativa durante el debate fueron de lo más disparatados y estigmatizantes hacia los gremios. Alejandro Finocchiaro, el exministro de Educación de Mauricio Macri, habló de “encontrar un equilibrio entre el derecho a educarse y el derecho a huelga”, cuando lo que hace la inciativa es desequilibrar esa balanza.
Sin embargo, Héctor Stefani (PRO) consideró que hay derechos que valen más que otros. “El derecho preferente en la Argentina es la educación de nuestros hijos» y prevalece sobre los derechos sindicales, dijo.
Por la Coalición Cívica, Maximiliano Ferraro también insistió que «hay dos derechos en pugna» y recordó que «ningún derecho es absoluto, pero hay un derecho superior, que es el derecho superior de los niños y niñas y adolescentes».
Finocchiaro también dijo que ese proyecto “pone en el centro del debate educativo a los chicos, sin los cuales no habría sistema educativo”, como si los docentes y no docentes no fueran los que en verdad activan todo el dispositivo educativo del que los estudiantes son beneficiarios.
A su turno, la radical Carla Carrizo intentó despolitizar el debate. Afirmó que “esta no es una ley en contra de nadie” y que “no estamos castigando el derecho a huelga” sino “invitando a los sindicatos a hacer una buena escuela».