José Kast ganó las elecciones en Chile: ¿cuál es su conexión con Pinochet y el partido nazi?

El candidato del Partido Republicano, José Antonio Kast, se convirtió este domingo en el nuevo presidente de Chile tras imponerse con el 58% de los votos frente a la postulante comunista Jeannette Jara.

Su victoria marca el ascenso definitivo de la derecha más conservadora del país, impulsada por un discurso centrado en la seguridad, la inmigración y la promesa de un “cambio radical”.

Kast, abogado de 59 años, ya había competido por la presidencia en 2017 y 2021.

En su tercera postulación logró consolidar un apoyo masivo que lo llevó a arrasar en las urnas, tras una campaña en la que se presentó como el único capaz de restaurar el orden y enfrentar lo que definió como una “crisis de seguridad sin precedentes”.

Un apellido marcado por la historia


La figura de Kast siempre estuvo atravesada por su historia familiar.

Es el menor de los diez hijos de Michael Kast Schindel, quien estuvo afiliado al Partido Nacionalsocialista Alemán en 1942, antes de emigrar a Chile tras la Segunda Guerra Mundial.

Su hermano mayor, Miguel Kast, fue uno de los economistas más influyentes de la dictadura de Augusto Pinochet: integró el grupo de los “Chicago Boys”, fue ministro y llegó a presidir el Banco Central.

José Antonio Kast reivindicó durante años la obra económica del régimen militar y participó activamente en la campaña por el “Sí” en el plebiscito de 1988.


Kast inició su carrera política en la Unión Demócrata Independiente (UDI), el partido pinochetista por excelencia.

Un polémico recorrido político

En 2002 obtuvo su primer escaño como diputado, desde donde se convirtió en un férreo defensor del conservadurismo católico: se opuso a la educación sexual integral, a la despenalización del aborto y al uso de anticonceptivos.

En 2016 rompió con la UDI y fundó el Partido Republicano, una fuerza que tomó como referencia a líderes como Donald Trump, Jair Bolsonaro, Santiago Abascal, Giorgia Meloni y Javier Milei.

Su discurso, centrado en la seguridad y la inmigración, lo posicionó como referente de un sector social que creció tras el estallido social de 2019.


El ascenso de Kast se consolidó durante la pandemia y en el proceso constituyente.

Fue uno de los principales portavoces del rechazo a la propuesta de nueva Constitución impulsada por sectores progresistas.

Su partido estuvo cerca de imponer un texto alternativo alineado con su ideario, aunque finalmente también fue rechazado en plebiscito.

En su campaña presidencial, Kast prometió:

  • Endurecer la política migratoria,
  • Reforzar el control fronterizo,
  • Aumentar las penas para delitos violentos
  • Recuperar la “autoridad del Estado”

Durante sus actos, llegó a utilizar un vidrio blindado, un gesto que buscó transmitir la idea de un país en crisis de seguridad.


La victoria de Kast representa un giro profundo en la política chilena.

Su capacidad para movilizar a miles de seguidores y capitalizar el descontento social lo posiciona como el líder de una nueva etapa, en la que la derecha más dura se convierte en fuerza dominante.

Con su llegada a La Moneda, Chile inicia un ciclo político marcado por la promesa de orden, el debate sobre la inmigración y la sombra persistente de su historia reciente.





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