El ingeniero especializado en hidráulica e integrante del comité de expertos por la crisis del agua comentó que lo sucedido el viernes 7 de marzo “es la mayor de todas las crecidas que tuvo la ciudad, en 1933 hubo una gran crecida y vuelve a repetirse en 1944 y en consecuencia de este último suceso se lleva a cabo la obra del entubado en 1950″.
Sin embargo Scheffer destaca un punto muy importante que no se realizó en las obras de aquellos años “los mismos proyectistas del canal Maldonado sugieren una tercera obra que era la retención de agua, un dique de 700 metros de largo y 20 de altura, en el puente Canessa. retenía las aguas que podía caer en la cuenca media y superior del Napostá, podría haber llegado menos agua a la ciudad”.
Las inundaciones en Bahía Blanca no es un tema nuevo ya que él recuerda “en el año 1979 la única obra hidráulica que se hizo fue el entubado del arroyo Napostá, se lo limitó para siempre en la capacidad de evacuación. Mi profesor de hidráulica me decía que la ciudad se iba a inundar, que las obras que se hicieron no alcanzan. Siempre insistí en la obra del puente Canessa. Se pensó muchas veces pero relacionado con el abastecimiento de agua para Bahía. Se estudiaron los costos, en 1990 costaba 42 millones de dólares, mucho podría haber ayudado en estas circunstancias y cuánto cuesta ahora recuperar la ciudad”.
En cuanto a los estudios realizados sobre la situación, Juan Carlos es autor de un libro que analiza y da soluciones para la problemática “tengo un libro del 2004 que tiene un capítulo dedicado a la posibilidad del embalse en el puente Canessa por inundación y otros beneficios para la ciudad”.
Sobre la actualidad de la ciudad explica “el canal Maldonado hay que reconstruirlo, quedó destruido. La crecida hizo lo que el hombre no, creó un canal que lleva más de 100 m³/s dentro de la ciudad con destrucción de todo lo que está alrededor”.